POETAS DE HOY
Pamela Bram, poeta del dolor de terciopelo y de los meandros del silencio
Colecciono días pares y lloro sin razón aparente; cuento con los dedos de mis pies a los amigos para que el cable a tierra no sufra nunca ese quiebro de puentes que cabe en la garganta. Sueño con ver a alguien nacer, como nacen las palabras cuando la muerte se hereda.
*
Ya me atreveré a preguntarte de qué se trata ahí arriba.Ya te atreverás a posarte junto a mis pies descalzos.Ya dedicaremos una tarde a pintar las flores blancas.Ya desaparecerá tu beso en un beso mío.Ya será... lo que hoy se tarda.
*
He despertado naciendo para que me sepas
Al margen de ese borde azul
En el relieve de la no-distancia
Te regalo mis secretos aún partidos en la boca
Que de la otra orilla te alcancen mis botellas mágicas.
Con amor.
*
[me pesaba el cielo lleno de rocas y arenas transparentes ]
*
Nunca podré describir lo que se siente estar descalza en medio de un camino eterno e imposible de ser cubierto.
Me toca ponerme de tu lado del espejo, a ver si memorizo los gestos que haces cuando estás sola. Quiero reconocer ese día por el que tanto suspiras, quiero envolverlo y regalártelo y que tú me digas "gracias" aún sabiendo de antemano que esa palabra no existe en el diccionario y que a pesar de eso podrás decirla sin que eso sea una razón de quiebre para tu orgullo.
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[a veces siento que existe un color recurrente, una señal, una eternidad hecha de hojas que crujen y sus brazos...]
*
Luego de hablarte, salí a caminar. Quise recorrer calles que antes no había caminado, es ese un ejercicio muy amable.Comí unas golosinas que le compré al joven que veo casi todos los días, en la misma calle, vendiendo cosas dulces. Ya estaba en ese momento, en calles conocidas.Así avancé hasta una avenida y me detuve en la mitad. Tomé asiento y encendí un cigarro... casi no sentía frío. Mi abrigo era capaz de sostenerme. Miraba mis uñas con esmalte rojo y escuchaba el sonido de los autos, oía las voces de los transeúntes y sus sombras. Miraba después el cielo cruzando los dedos para que no lloviera. Hoy no quiero lluvia.Me quedo con esos árboles que parecen sólo florecer en invierno. Son tan hermosos... ¿Aún piensas volver?Me acompañas como nunca. Como nadie. Es posible, ¿será posible algo así?
Pamela Bram, joven poeta chilena, esparce por la red y los caminos sus largos estribillos en prosa. Son cartas de amor arrebatado, de frases sinuosas, exigentes. Su voz, serena y apremiante, no grita sino en silencio, pero se oye de lejos. Ha compuesto varios poemarios: Cartas de una extranjera, Nacida para llover, Planetas y relojes… aunque nunca publicó en papel. Prepara la edición de Márgenes de un libro usado, largo poema con aires de relato.
http://pamelabram.blogspot.com/
jeudi 6 novembre 2008
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